Mirándonos a los ojos

Después de que se fueran nuestras mamás (Juanma te considero una de ellas), estuvimos hablando de algunas de las dificultades que todavía estamos teniendo, sobre todo relacionadas con la dificultad de aunar esfuerzos en el trabajo en grupo, de la importancia de mirar a nuestros compañer@s de grupo, de pensar en ellos, de esforzarnos y preocuparnos para que todos y todas sigan aprendiendo.

Después de hablar y pensar un buen rato sobre ello, nos unimos por parejas e hicimos una actividad muy bonita y sencilla (aunque a algun@s les ha costado realizarla), nos cogimos de las manos y estuvimos mirando a los ojos durante un buen rato al compañer@ que teníamos en frente, mirando lo bueno que tiene, dando de nosotr@s lo bueno que cada un@ tiene. Cuando nos sentíamos cómod@s y lo deseábamos, abrazábamos a nuestro compañer@, con la idea no sólo de rodear con nuestro brazos, sino de acercar nuestros corazones, sabiendo y diciéndole a la otra persona que puede confiar en nosotr@s, que nos tiene sujet@s, que podemos recurrir a ell@ siempre que lo necesitemos.

Construir grupo, es construir relaciones, es construir afectos, es construir amistades.

Una de las chic@s de clase preguntó al principio de la dinámica: ¿José qué tiene que ver esto con el trabajo en grupo? La respuesta surgió sóla: somos en relación a los otros, nos mejoramos en relación a los otros, aprendemos de y con los otr@s. Para aprender de otr@s hacen falta relaciones basadas en la confianza y diriamos que en el cariño.





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