Hablar, dialogar, es la mejor forma de tomar conciencia de lo que hacemos, de cómo somos. Cuando me pongo enfrente de otr@s y me veo reflejados en ell@s, comienzo a conocer mejor, comienzo a querer ser mejor. Un ejemplo lo tenemos en algunas notas que hemos recibido hoy en clase, realizadas con mucho esmero y cariño: perdón, no me voy a portar nunca más mal, la gente tiene sentimientos, no gritar... si gritas es porque no estás suficientemente cerca.
Gracias chic@s por enseñarnos a ser mejores.
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